Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Chapter Capítulo 14



Capitulo 14 Romina solo pretendia sedar a Sabrina y Fernando. Ella no
necesitaba un afrodisiaco. Tan pronto como se desmayaran, les habria quitado
la ropa y simplemente los habria dejado en la cama. Ella no esperaba que en
realidad tuvieran relaciones! El pensamiento de lo que habia sucedido esa noche
hacia que las tripas de Pamela se revolvieran con odio cada vez mas. Habia
detestado a Sabrina desde que eran nifias. Odiaba el hecho de que Sabrina
fuera la hija de la primera esposa de su padre, pero era la hija de la amante de
su padre. No importé que su madre finalmente se casara con los Bracamonte.
Todos la conocian y la trataban como a la hija ilegitima. Se burlarian de ella tanto
abierta como en secreto y la llamarian hija ilegitima. Culp6 a Sabrina por todo.
Sin Sabrina, habria sido la hija legitima y no la hija secundaria. Los afios de odio
habian torcido su mente y su alma. La habia motivado a hacer todo lo posible
para arruinar a su hermana. “Carifio, no te preocupes. Ella no se atreveria a
hacer nada“, la tranquilizé Romina. “iTerminaré con ella si se atreve a hacer
algo!” ella escupi6 con veneno en su voz. “Esta bien, mama“, dijo Pamela,
sintiéndose un poco mas relajada que antes. Todo estaria bien mientras su
madre estuviera alli. Sabrina no iba a poner sus manos sobre Fernando y
robarselo! Mientras tanto, de vuelta en el café, Sabrina estaba lista para salir
corriendo del lugar. Estaba aterrorizada por otro encuentro con Fernando. En su
frenesi, se olvidé de mirar por dénde iba y corrié directamente hacia una
camarera. Al momento siguiente, se escuché un ruido sordo. La fuerza de la
colisién envié a Sabrina y a la camarera al suelo. El té muy caliente y caro que la
camarera habia estado llevando en su bandeja de servir salpicé a Sabrina. El té
mordaz mancho la parte delantera de su blusa y su cintura. Sabrina jade6 en voz
alta de dolor. Tumbada en el suelo y con la ropa manchada de té, se veia
lamentable. “Oye, ¢qué te pasa?” la camarera maldijo a Sabrina mientras miraba
la taza de té volcada y la mancha en el suelo. jDeberias haberme visto venir
hacia ti! ¢ Qué estabas mirando? “jLo siento mucho! jNo quise decir eso!”
Sabrina se disculpé profusamente mientras empujaba a un lado el dolor mordaz
que le picaba la piel mientras que se ponia de pie. La camarera no estaba
interesada en sus disculpas en absoluto. jEse té habia costado cien délares la
taza! Ahora, le iba a costar a la camarera su sueldo del mes. Cualquiera en su
lugar se habria sentido igualmente molesto. “¢ Tienes alguna idea de cuanto
cuesta esa taza de té?*, la camarera le grit6 a Sabrina enojada. “¢ Vas a pagar
por ello?” “jLo pagaré!. Sabrina estaba aterrorizada de que la conmocion fuera a
llamar la atencién de Fernando. Acept6 pagar el té€ derramado sin pensarlo dos
veces. “Son cien délares*, dijo la camarera con desdén mientras miraba a
Sabrina. Este Ultimo carecia de los costosos accesorios habituales que usaban
los clientes tipicos del café. Probablemente ni siquiera podia pagar la taza de té
en primer lugar. Por eso la camarera le habia dicho a Sabrina el precio real del
té en lugar de estafarla. Sin embargo, Sabrina todavia estaba aténita por la
respuesta de la camarera. ¢Cien délares por una taza de té? Ella también
provenia de una familia rica. La taza de té mas cara que habia bebido costo
treinta délares. ¢ Como podria esta taza de té en particular costar cien délares?
Sabrina sospechd que la camarera estaba tratando de estafarla con ese p
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recio. Fue su culpa por encontrarse con la camarera en primer lugar y estaba
bien pagando el té. Pero ella no iba a pagar por algo que era claramente
demasiado caro. Ademas, estaba arruinada. Acababa de graduarse de la
escuela y tenia que pagar los gastos de dos hijos. Elena fue la que habia estado
pagando todo en la casa. Recién comenz6 a trabajar en Alta Costura JK y ain
no habia recibido su primer cheque de pago. Estaba literalmente sin dinero. No
podia desembolsar cien délares. “Es solo una taza de té… por qué tiene que
costar cien délares*, dijo Sabrina con calma después de recuperarse. “¢,Por que
no? jEso es solo el costo del té! No incluye la copa que rompiste. ¢ Estas
sugiriendo que estoy tratando de estafarte? Solo ve a echar un vistazo al menu
si no me crees*, dijo la camarera con impaciencia. Este no era el momento de
comenzar una discusion con la mujer. Tenia que preparar una taza de té fresco
para el Sr. Navarro. La joven puso los ojos en blanco ante Sabrina. Dirigete al
mostrador y paga tus cien délares. Aceptamos efectivo y crédito. No me importa
mientras pagues. Si no lo hace, tendremos que llamar a la policia. Habiendo
dicho eso, la camarera se arrodillé y comenzé a recoger todos los fragmentos
rotos en el suelo. Tenia que limpiar esto y preparar una nueva taza de té. La
mencién de policias envié a Sabrina escalofrios por toda su espalda.


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