Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Chapter Capítulo 37



Capitulo 37

El Hotel Escénico era uno de los hoteles de cinco estrellas mas famosos de

la ciudad.

Solo los extremadamente ricos vendrian aqui y sin mencionar que este lugar
tenia muchos recuerdos desagradables para ella. Ella también era bastante
intima con Fernando aqui, anteriormente.

Sabrina mir6 hacia el Hotel Escénico cuando salié del auto de Javier.

Su cuerpo temblaba incontrolablemente mientras se mordia los labios con
fuerza. Todo lo que sucedié esa noche se sinti6 como una pesadilla. Javier noté
que estaba temblando y asumié que solo se sentia un poco nerviosa. porque era
la primera vez que tenia una cena tan formal.

Ella consol6 en un tono suave, “No se preocupe, Sra. Bracamonte. Estoy aqui y
me aseguraré de que no le pase nada“.

“Los clientes con los que nos reunimos hoy jugaran un papel extremadamente
importante en la expansion del negocio del Grupo JK en -el mundo de la moda
en el futuro. Todos son personas con un gusto

increible.

Sabrina sali6 de su trance porque no podia dejar que Javier descubriera que se
estaba comportando de manera extrafia. Relajé frenéticamente la mandibula y
dijo: “Estoy bien, Sr. Hamilton, no se preocupe*.

“Es bueno que estés bien. Es normal estar nerviosa por primera vez“. Javier
respondié mientras la acompafiaba.

El dio caminaba juntos. La hermosa apariencia de Sabrina llamé la atencion de
muchos hombres cuando entraron al vestibulo. Sin embargo, Sabrina ya estaba
acostumbrada a esas miradas y no le molestaba.

— Javier en cambio era diferente. Ya estaba tratando a Sabrina como su

futura novia. También habia notado las constantes miradas de los

hombres a su alrededor.

Esto lo molest6 un poco. Por lo tanto, instintivamente se paré més cerca de
Sabrina.

Sabrina not6 cuando Javier se acercé mas a ella. Como todavia se sentia
insegura de si misma, no se atreveria a asumir que Javier realmente sentia algo
por ella. Entonces, ella simplemente lo ignoré cuando él se acercé mas a ella.
Siguié caminando hacia el ascensor con él.

Una vez que llegaron al vestibulo del ascensor, Javier llamé al ascensor. La
habitacion que reservo estaba en el tercer piso. Con un fuerte timbre, el
ascensor se abri6. Cuando Javier y Sabrina entraron al elevador y estaban a
punto de presionar los botones del piso, se escucharon oleadas de fuertes.
vitores provenientes del vestibulo. Parecia como si hubiera llegado alguna
celebridad.

Sabrina no pudo evitar mirar por encima. Sin embargo, ella se sorprendié por lo
que vio.

“iEs Fernando otra vez!

Se pregunto si el destino en realidad le estaba jugando una broma. ¢Cémo
podia seguir encontrandose con él de todos modos?

Sabrina estaba un poco sorprendida mientras miraba al hombre que caminaba
hacia su ascensor.

Su mente era un desastre ya que se habian encontrado demasiado a menudo
dltimamente. Aunque su mente era un completo desastre, todavia estaba muy
consciente de lo que estaba sucediendo. Seria mucho mejor para ella evitarlo.
Répidamente retir6 la mirada y apret6 frenéticamente el botén del piso del
ascensor.

Las puertas del ascensor inmediatamente comenzaron a cerrarse lentamente.
Sin embargo, justo cuando las puertas estaban a punto de cerrarse, una mano
de repente se extendié para sujetar el boton de la puerta del ascensor. La puerta
soné y comenz6 a abrirse de nuevo.

Al hombre se le permitié entrar.Books Chapters Are Daily Updated Join & Stay
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“Pase, sefior Santander“. Parecia que la mano pertenecia nada menos que a su
asistente, Ramiro.

Parecia que Ramiro era un trabajador extremadamente duro cuando le hizo una
reverencia a Fernando cuando las puertas se abrieron mientras le hacia un
gesto para que entrara.

La verdad era que Fernando también se habia fijado en Sabrina, pero ella no
podia molestarlo.

Sin embargo, quién se hubiera imaginado, por coincidencia, ambos ascensores
de ambos lados estaban subiendo. Como atin no habia subido en el que
estaban, los hombres también entraron.

Después de que Fernando entrd, su asistente y los demas miembros del
personal lo siguieron e inmediatamente llenaron el diminuto ascensor. Sabrina
fue arrinconada por los pocos hombres. Afortunadamente para ella, Javier
estaba alli para protegerla, evitando que se lastimara debido al espacio
reducido.

Después de que Javier la abrazo, inmediatamente salud6 a Fernando, “Qué
casualidad Sr. Santander, ¢ esta usted aqui también para cenar?”

Fernando ni siquiera lo mird, ya que simplemente dejo escapar una fria burla sin
decir una sola palabra.


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