Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Chapter Capítulo 9



Capitulo 9 Sabrina respiré profundo y se recompuso. Caminé por el otro extremo
del pasillo. No habia nadie alrededor. La joven sac su teléfono y llamé a Elena.
La llamada fue constestada al instante. La dulce voz de Elena sono al otro lado
de la linea. Sabrina sintié que se calmaba ante la voz de su tia. “Sabrina,
¢sucede algo malo?” *Elena, volveré a almorzar en un rato. Tengo leche para los
nifios*, susurré Sabrina. Mantuvo la voz baja para que nadie pudiera oirla. “Esta
bien, dijo Elena. “Llevaré a los nifios al supermercado a comprar algunos
comestibles. Te veré para el almuerzo entonces. “Si“, respondié Sabrina. “Tengo
que volver al trabajo ahora, Elena. Te veré mas tarde. Adiés*. “Te veo luego*.
Sabrina terminé la llamada y luego se apresur6 a regresar a Alta Costura JK con
su bolso de mano. Se col6 en la despensa, metio la bolsa de leche en una caja y
la metié en la nevera sin que nadie se diera cuenta. Su corazon finalmente se
tranquilizé, regres a su escritorio y se lanzé de nuevo al trabajo. Mientras tanto,
en la oficina de Javier, Fernando se habia acomodado en el asiento de Javier. El
director gerente amablemente le permitié tomar su silla detras del escritorio. Sus
largas piernas estaban cruzadas sobre las otras mientras escuchaba en silencio
a Javier compartir sus planes para la expansion de la empresa. Javier informé
con severidad de los planes de Alta Costura JK. “Sr. Santander, tenemos planes
de expandir nuestro ptblico objetivo a consumidores de lujo. Buscamos servicios
a medida para celebridades y miembros de la alta sociedad y colaboraciones
con disefiadores internacionales. Tenemos la intencién de expandirnos al
mercado global y lograr un alcance mas amplio. Esos son nuestros planes
actuales para la expansion de Alta Costura JK“. “0 Y?” Pregunté Fernanda. Sus
nudillos golpearon contra la superficie lisa del escritorio de Javier. Estaba
llevando a Javier al panico. ¢ Qué quiso decir Fernando con eso? ¢Estaba el
hombre disgustado con los planes que Javier acababa de compartir con él?
Javier estaba sinceramente preocupado de que los planes en los que habia
trabajado durante seis meses pudieran irse por el desagiie con un simple
rechazo de Fernando. “Eso es todo lo que tenemos ahora”. Fernando se burl6.
“Procederemos de acuerdo a sus planes. Quiero una actualizacion cada tres
meses. Voy a retirar mi apoyo a su iniciativa de servicios personalizados si los
resultados no son los ideales*. “No se preocupe, Sr. Santander, haremos todo lo
posible para construir nuestra marca y mejorar la marca Santander también, dijo
Javier con confianza. A Fernando no le interesaba escuchar las divagaciones de
Javier sobre sus ideas. Desdobl6 las piernas y se puso de pie. Entonces, de
repente, dijo. “Escuché que tienes un nuevo empleado*. “Si, nos faltan
disefiadores. Contratamos uno hoy. Ella es Sabrina Bracamonte*, respondi6
Javier. ¢Por casualidad la conoce, sefior Santander? Entonces, parecia que la
mujer no habia estado mintiendo. Trabajaba en Alta Costura JK. Tal vez habia
conseguido un trabajo aqui porque atin no se habia dado por vencida con él.
Fernando cay6 en un profundo silencio. Luego, después de un momento, dijo
con indiferencia. “No, no la conozco” Habiendo dicho eso, salié de la oficina
rapidamente con sus asistentes personales siguiéndolo apresuradamente.
Pronto, llegé la hora dei almuerzo. El personal que trabajaba en Alta Costura JK
se dirigi6 al comedor del edificio. Sabrina no pudo. Tenia que ir a casa y darle la
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leche a sus hijos. Mientras todos se dirigian al comedor, ella corri6 a la despensa
y tomd su leche. Luego, lo metié en su bolso y corrié escaleras abajo para tomar
el autobus. Afortunadamente, el apartamento de Elena estaba a poca distancia
de la Torre del Grupo Santander. El viaje en autobus de regreso a casa tomé
s6lo quince minutos; Fue extremadamente conveniente. Sabrina apreté su bolso
contra su pecho y sali6 corriendo del ascensor. Paso a toda velocidad por el
pasillo y accidentalmente se topé con una mujer joven que se tambaleaba sobre
tacones altos. Era Pamela. No habia visto a Pamela durante mas de un afio.
Sabrina miré a su hermanastra, la mujer que la habia tendido una trampa. La
rabia ardia en su interior. Pamela le devolvié la mirada. Sus ojos se abrieron en
estado de shock. Parecia haber olvidado dénde estaba. La joven dio un paso
adelante y se encontrd con la cara de Sabrina. Su voz estaba llena de burla. “Ha
pasado un tiempo, ¢no es asi, querida hermana? ¢Dénde has estado?/
Honestamente, no tienes vergiienza, ¢ verdad? Esta es la Torre del Grupo
Santander. jA la oficina de Fernando, por el amor de Dios! Sabrina no podia
molestarse con ella. Pero tampoco iba a dejar que su hermanastra la empujara.
Hablé con indiferencia: “Eso no es asunto tuyo. Ya no soy parte de la familia
Bracamonte, asi que mantente alejada de mis asuntos®. “Naturalmente, no
puedo decirte qué hacer. Solo me sorprende que te atrevas a aparecer en la
Torre del Grupo Santander después de lo que le hiciste al Sr. Santander. ¢ Estas
tratando de seducirlo nuevamente? Eso era todo lo que Pamela queria saber.
Necesitaba saber si Sabrina también estaba interesada en Fernando. La joven
habia desaparecido durante mas de un afio. Ahora, ella habia aparecido
repentinamente. jPamela estaba muy preocupada de que Sabrina pudiera haber
dejado de lado toda la decencia y la vergiienza y decidié seducir a Fernando
para que se casara con ella!


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