Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Chapter Capítulo 2



Capitulo 2 Fernando estaba enfermo y cansado de la farsa. Se alisé la ropa y
salié de la habitacion, Pamela sali6 corriendo tras el joven de inmediato. Tenia
que ganarse su favor. El fuerte olor a lujuria y desenfreno llend la habitacion.
Sabrina se qued6 sola. Mirando la vasta y vacia suite presidencial. No pudo
evitar que las lagrimas brotaran de sus ojos y rodaran por sus mejillas. Fernando
debe odiarla ahora. Habia perdido su oportunidad con él para siempre. Sabrina
se abraz6 a si misma y se sent6 en silencio en la cama. Pasé bastante tiempo
antes de que finalmente dejara la suite y el hotel. Sali6 a las calles vacias con la
intencién de llamar un taxi que la llevara de vuelta a casa. Lo que vio en cambio
fue a Fernando y los Bracamonte. Estaban parados en el estacionamiento frente
al hotel. La joven secé las lagrimas de sus ojos. Cuando volted, vio la mirada
amenazante en el rostro de Fernando y su madrastra hablando incesantemente
con Fernando. Sabrina no tenia idea de lo que su madrastra le estaba diciendo
al hombre. Ella lo sabia. Ella habia sido engafiada. Habfan planeado arruinarla
todo el tiempo. Fernando detestaba a las mujeres faciles que se acostaban.
Sabrina lo habia sabido todo el tiempo. Sabrina se dirigi6 al estacionamiento.
Los ojos de la Sefiora Bracamonte se posaron en su ropa desalifiada y su
cabello revuelto. jMira lo que has hecho! Eres una desvergonzada! Como
pudiste drogar al Sr. Santander? ¢ Quieres morir? jPiensa en lo que le has hecho
a los Mendoza! No eres mi nieta. Mi nieta conoceria la verglienza. Vete. jNo te
atrevas a dar un solo paso dentro de nuestra casa otra vez!*, la Sefiora
Bracamonte reprendié. “jYo no lo drogué!” Sabrina replicé furiosamente mientras
tomaba su mejilla hinchada. “iRomina me tendié una trampa!” Romina Castro
era la madrastra de Sabrina. Empez6 a sollozar cuando escuché lo que Sabrina
habia dicho. “Sr. Santander, no escuches mas sus mentiras. Ella es la que me
pregunté dénde podia conseguir un afrodisiaco. Le dije donde podia conseguir
algo, pero no tenia ni idea de para qué lo necesitaba. iNo me di cuenta de que
tenia la intencién de usarlo usted! Sr. Santander… por favor, no se enfade. Ese
es el tipo de mujer que es. Ella es codiciosa. Ella es codiciosa por el amor de
Samuel y por la fortuna de tu familia. Ella queria casarse con los Santander y
recurrié a una forma tan despreciable para lograr su plan. jPero por favor, no se
enojes!”. “La verdad es conocida. No hay lugar para una vagabunda en la familia
Bracamonte —dijo la Sefiora Bracamonte atronadoramente—. “jYa no eres parte
de esta familia!” Fernando lanzé una mirada gélida a Sabrina. “¢,Querias casarte
conmigo? En tus suefios“. Habiendo dicho eso, se fue furioso. El resto de los
Bracamonte también se fueron. Los ojos de Sabrina se enrojecieron. Cayé como
un bulto sin forma sobre el suelo frio y duro. No podia creer lo crueles que eran
los Bracamonte. ¢Cémo pudieron haber organizado una estratagema tan viciosa
solo porque querian expulsarla de la familia? Por supuesto, eso no era lo tinico
que querfan. Querfan arruinar su reputacion. Querfan aplastar todas sus
esperanzas de casarse alguna vez con una familia respetable. Querian
asegurarse de que Fernando nunca se enamorara de ella. Sabrina se sec6 las
lagrimas de

la cara. La expulsaron de la familia, pero ¢y qué? Ella nunca tenia la intencién
de quedarse. Ella les mostrara. Ella no los necesitaba para poder sobrevivir. De
hecho, isu vida seria mejor sin ellos! Encontraria alguna maniera de recuperar lo
que una vez habia pertenecido a su madre. Ella les haria pagar. jF.lla juré que lo
haria! Pas6 un afio. El sol sali6, sus rayos brillando a través de un apartamento
en algdn lugar de Trujillo. Sabrina acabatxa de enviar su Curriculum a una
agencia de disefio de moda. Era el tltimo formulario de solicitud del loie que
estaba en su computadora portatil. Estiro los brazos y salié del estudio. Era hora
de preparar el desayuno para los nifios El tiempo habia sido amable con
Sabrina. La impotencia y la fragilidad que sentia antes fueron reemplazadas por
una belleza més profunda y fascinante. Su cabello largo y oscuro se derramaba
por su espalda, un marcado contraste con su piel blanca como la nieve. Sus ojos
brillaban como estrellas y sus labios rojos camosos. Después de haber sido
expulsada de la familia Bracamonte esa noche, buscé la ayuda de su tia
materna, Elena. Luego, un mes después, Sabrina descubri6 que estaba
embarazada. El primer pensamiento que cruzé por su mente fue deshacerse del
bebé. Pero después de ver dos sombras oscuras en la ecografia, algo se habia
ablandado dentro de su cuerpo. Terminé quedandose con los bebés. Continué
sus estudios mientras cuidaba a sus hijos. Como habia decidido quedarse con
ellos, juré que nunca los dejaria solos. Ella haria todo lo posible para darles la
mejor vida que pudiera brindarles. Sabrina entré tranquilamente en la cocina y
comenzo a preparar el desayuno para ella y algunos suplementos para sus hijos.
Los nifios y Elena todavia estaban dormidos. Sabrina no queria despertarlos.
Prepar6 el desayuno, lo puso sobre la mesa y esper6 a que su familia se
despertara. Mientras esperaba, recibié una respuesta de la agencia de disefio de
moda. Su solicitud habia sido aceptada. Iba a presentarse a trabajar a las nueve
de la mafiana en un momento. Sabrina se quedé mirando el correo y trat6 de
sofocar sus gritos de alegria. Estaba muy euférica. Finalmente tenia un trabajo.
Finalmente ahora podria proveer para los nifios y para Elena. La joven sonrié
ampliamente a su teléfono mientras sus dos preciosos seres bebés se
despertaban lentamente.


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